Alan García, el Extirpador de Idolatrías
Mostrando una mentalidad de comienzos del siglo XIX, Alan García pasa por encima de gran parte del país, justificando una política nacional orientada a liquidar sistemáticamente "todas las creencias erradas", terminando así con nuestra diversidad cultural.
Si esta aplanadora cultural encuentra resistencia, este razonamiento simplista justifica apelar a la violencia legítima del Estado (como durante el Baguazo), no existe posibilidad de dialogo, no puede haberlo con un otro "tan ignorante", "la verdad" se debe imponer, como se impuso el catolicismo por sobre todo ese "panteísmo demoníaco", con modos coloniales "El Perú Avanza".